martes, 16 de diciembre de 2008

Los puentes de Palma del Río

Cerca del sitio donde el galano de los ríos, el Genil, tributa y reparte generosamente en sus riberas los últimos alientos de sus rápidas corrientes, y perdiendo el nombre de Genil se hace uno mismo con Guadalquivir, entrando en él por la siniestra de sus corrientes para pagar juntos y unidos al César de los ríos, que es el mar, el tributo debido como a origen de donde bebieron su claro y cristalino ser. Aquí es donde goza su antigua situación la celebrada villa de Palma, feliz pueblo por el hermoso cielo que lo cubre, (...)”. (Fray Ambrosio de Torres y Orden, Palma Ilustrada, Sevilla, 1774).


Palma del Río se encuentra ubicada en una comarca dominada por los dos grandes ríos de Andalucía, Genil y Guadalquivir, situación que condicionaría de una forma extraordinaria las comunicaciones de la villa con el exterior, realizándose éstas a través de barcas ubicadas en ambos ríos.

A mediados del siglo XVIII encontramos una descripción de los medios que se utilizaban para cruzar dichos ríos: “Que hay un Puente en el arroyo que llaman de Retortillo de la que corresponde solo a esta villa la mitad, y la otra a la de Peñaflor por ser el citado arroyo divisorio de los dos términos la que no utiliza maravedis algunos. Que hay dos Barcas pertenecientes a el Conde de esta villa, una sobre el Río Guadalquivir con un barco anexo a ella propia del Conde de esta villa, y sirve para el paso de las personas, caballerías y carruajes que transitan por este término, forasteros, y de esta población. La otra esta sobre el Río Genil y solo sirve para el pasaje de las personas, caballerías mayores y menores, (...)”.


Puente romano sobre el río Retortillo

En un principio, la red romana tuvo como finalidad prioritaria asegurar el dominio militar de los territorios conquistados, para posteriormente, una vez realizadas las necesarias ampliaciones, posibilitar el fluido desarrollo de las actividades administrativas y comerciales.

La principal arteria comercial de la Bética fue el río Baetis, en torno al cual se organizó la red de comunicaciones terrestres por las que se transportaban las materias primas para su posterior embarque en los puertos fluviales. Destaca de esta red la vía Corduba-Hispalis por la margen derecha del Baetis, que cruza el Norte del término municipal de Palma del Río. En el trazado de dicha vía se conservan los restos de un puente sobre el río Retortillo, de fábrica romana, que viene a confirmar la antigüedad de esta ruta. Estos restos se encuentran ocultos por la presencia de otros tres puentes: el de la carretera comarcal 431; el de la línea férrea Córdoba-Sevilla; y un tercero, actualmente derruido, originario de época moderna o contemporánea.

Este puente romano está construido a base de sillares de piedra caliza, contaba originariamente con cinco arcos, de los cuales cuatro han desaparecido, conservándose tan solo restos de las pilas sobre las que estas se apoyaban.


Puente de la Alegría

No es hasta el siglo XX cuando Palma contará con su primer puente de fábrica sobre el río Genil. Este puente se puede incluir dentro de los grandes proyectos de obras públicas desarrolladas durante la Dictadura del General Primo de Rivera. Así, se conserva en el Archivo Histórico de Palma un documento en el que se hace referencia a la petición de un concejal del Ayuntamiento por la cual solicita se instalen unas barandas en el nuevo puente, las cuales proporcionen mayor seguridad a los viandantes. La respuesta que recibe este concejal es que las barandas reúnen las condiciones de seguridad, puesto que el Ayuntamiento había recibido provisionalmente el nuevo puente el 31 de marzo de 1931. De esta manera sabemos la fecha de finalización de la construcción del puente.

Durante la Guerra Civil este puente sufrirá numerosos daños, motivados por la voladura parcial del mismo, en un intento de detener el avance del ejército rebelde.


Puente de San Francisco Javier

Para pasar el Genil usaban de un puente artificioso de madera muy parecido al de Sevilla, con sola la distinción de que los barcos, donde se estriba el plan del puente, se fijaban en la tierra; pero las violentas aguas del Genil, furiosamente, arrebataban de las huertas grandes y crecidos árboles y arruinaban fácilmente el industrioso y débil puente” (Fray Ambrosio de Torres y Orden, Palma Ilustrada, Sevilla, 1774).

Casi todos los años, en las épocas de fuertes lluvias, las crecidas e inundaciones del Genil afectan al puente construido con barcas, unas veces destruyéndolo por completo y otras imposibilitando su uso.

En 1773 se comienza la construcción de un puente de piedra, la cual se paraliza tres años después, retomándose de nuevo la construcción en 1803. Este puente quedaría inconcluso.

A mediados del siglo XIX se reutilizan las partes del puente que se habían construido añadiéndole una pasarela de madera. Este puente comienza a ser conocido como de San Francisco Javier, y era propiedad de la familia Gamero Cívico.


Puente de hierro sobre el Guadalquivir

Originariamente, el paso del Guadalquivir se realizaba por medio de barcas. Así, a mediados del siglo XIX existían dos: una perteneciente al Duque de Híjar (Conde de Palma) y la otra a un particular, quienes cobraban un arancel por el paso del río, siendo este superior para los foráneos que para los palmeños.

A mediados del siglo XIX, como consecuencia de la construcción de la línea férrea Córdoba-Sevilla, Palma contará con su primer puente sobre el Guadalquivir. El trazado de la mencionada línea establecía su tránsito por Palma y Écija, pero ante el gran coste que suponía para la empresa concesionaria, se decidió modificar el trazado. De esta manera, Isabel II aprobó la modificación de la línea, pero a cambio la empresa concesionaria debía construir un puente sobre el Guadalquivir para poner en comunicación Palma y Écija con la línea férrea. En septiembre de 1862 la propia Isabel II inauguró el puente, el cual era de madera y fue diseñado por los hermanos Darget. Desgraciadamente no poseemos ninguna descripción del puente, únicamente sabemos que tenía una anchura de 7 metros y que el Cabildo Municipal impuso como condición que debía contar con dos apartaderos a cada lado. En la madrugada del 20 de enero de 1867 una gran crecida del río arrasó el puente en su totalidad.

A este primer puente de madera le seguiría uno de hierro, el cual podemos contemplar en la actualidad. En la primavera de 1884 comenzaron los trabajos, llevados a cabo por la Sociedad Cail de París. Parece ser que el proyecto original fue obra de Jaime Font. En 1885 quedó terminada la obra, como así consta en una placa que se conserva en el puente, sin embargo, el tráfico no se abriría hasta agosto de 1887.


Nuevo puente sobre el Guadalquivir que sustituye al de hierro


Fotografías: Museo Municipal de Palma del Río.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ánimo! Excelente el comienzo pontálido.

Un abrazo

Óscar

Anónimo dijo...

Gran Blog Rafa,excelente iniciativa para dar a conocer nuestro rico patrimonio.

Suerte en esta nueva aventura de difusión histórica.

Salud. Emilio Navarro

Anónimo dijo...

Hola Rafa! me encanta..me quedo con tu gran base documental para mis noticias, jaja. Felices Fiestas

Anónimo dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios. Lo dicho, tenéis abierto este humilde blog para exponer vuestras ideas y reflexiones sobre el patrimonio de Palma del Río.

Rafa

Anónimo dijo...

Qué tal Rafa? me encanta tu blog, la fotografía de la portada es preciosa, el colorido le da a la página un toque especial. Desde luego Palma del Rio te tiene que estar super agradecida por dar a conocer sus riquezas, excelente iniciativa, me encanta, sigue añadiendo fotografias y contenidos que es genial, de verdad.

Sosimplota. (Susana Griso)

francis y rosa dijo...

muy buen texto, hay que ver lo desconocido que llega a ser un lugar, incluso viviendo en él, hasta que en la distancia siente uno la añoranza de una época pasada.
Sigue así, amando a tu tierra y a sus gentes queridas, que bien saben ellas, que en su memoria quedas.
Te mando un fuerte abrazo, transmitiendote fuerzas para seguir en tu camino.CUIDATE.
francis

Anónimo dijo...

Enhorabuena amigo Rafael:
aunque tarde, escribo para felicitarte y para que sigas culturizándonos con tu gran sapiencia.
pd: veo que te siguen personal de museos, personal de ayuntamientos, periodistas, presentadoras de programas,etc. Saludos a todos